Nota Editorial
Cerramos este año editorial, nuestro cuarto, reflexionando acerca de la necesidad, la demanda y el deseo. No es novedad decir que asistimos a una época compleja, de hecho cada una tiene su grado de complejidad específico, pero el presente pareciera marcado por la confusión entre esos tres conceptos. Se mezcla la necesidad y la demanda desde lo imaginario con lo que implican las mismas desde lo inconsciente; se confunde el deseo consciente con el deseo inconsciente. Si bien esto es inherente a las neurosis, el psicoanálisis aboga por un alivio del peso del sentido y un reencuentro del sujeto consigo mismo en su discurso, que abra las puertas a la diferencia. Allí es donde necesidad, demanda y deseo pueden distinguirse y el síntoma se deshilvana. Allí es donde lo imposible se convierte en posible.
Tanto el comienzo como el recorrido y el desenlace del presente número se hallan atravesados por lo poético, que nos convoca a leer desde la respiración que implica el deseo y desde la pausa y el refugio que implica la amorosidad. Comenzamos con una poesía que provoca una apertura poniendo en palabras, desde la metáfora, una pregunta por la felicidad, el disfrute y su tensión con la huida y el vacío. Desde allí, nos dirigimos a pensar la perversión en relación a la demostración, la escena y la función del espectador.
Luego seguimos la reflexión acerca de las coordenadas éticas en la clínica psicoanalítica con niños, a fin de adentrarnos en lo que implica la complejidad de la dimensión subjetiva del niño. En un paso más, nos vemos interpelados a pensar el concepto del hambre, palabra desgarradora, encrucijada de pulsiones que nos lleva a ver a su vez lo lleno y lo vacío. Para concluir, nuevamente una poesía nos conmueve y nos invita a reencontrarnos con sensaciones y a repreguntarnos por lo que implican el espacio y el tiempo. Desde aquí, les invitamos a leer.